miércoles, septiembre 16, 2009

En la cueva de la Tarántula


La Nebulosa de la Tarántula mide más de 1000 años-luz de diámetro (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 900 píxeles o verla aún más grande). Se trata, en realidad, de una gigantesca región de formación de estrellas que pertenece a la Gran Nube de Magallanes, una galaxia vecina de la nuestra.

El mencionado arácnido cósmico se encuentra a la izquierda del centro de esta imagen de alta definición a todo color tomada con una serie de filtros de banda estrecha. La propia imagen cubre un campo de más de 2000 años-luz de la mencionada galaxia. En el interior de la Tarántula (NGC 2070), la intensa radiación, los vientos estelares y las ondas de choque de supernovas procedentes del cúmulo central de estrellas jóvenes de gran masa, catalogado por R136, conforman la causa de la luminosidad de la nebulosa y sus filamentos cuasi-arácnidos. Alrededor de la Tarántula se encuentran otras regiones de formación estelar extremadamente energéticas que se revelan por la presencia de cúmulos de estrellas jóvenes, filamentos y gas con forma de burbuja. Este rico campo estelar tiene un tamaño aparente similar al de la Luna Llena y se encuentra en la Constelación de Dorado.

La energía de las estrellas del cúmulo R136 rasga el envoltorio de gas y polvo en el que se han formado. El envoltorio desintegrado, que completa esta imagen obtenida por el Telescopio Espacial Hubble, se compone principalmente de hidrógeno ionizado proveniente de 30 Doradus. R136 está formado por miles de estrellas azules muy calientes, algunas de las cuales tienen 50 veces la masa del Sol. Aunque las estrellas recientes de R136 lo asemejan a un cúmulo abierto de la Vía Láctea, la gran densidad de estrellas probablemente lo convertirá en un cúmulo globular de poca masa en algunos miles de millones de años. Leer la entrada completa.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 16 de septiembre de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: John P. Gleason (en inglés).