miércoles, noviembre 26, 2008

Un museo de monstruos ficticios (19)

Las criaturas que forman parte de esta serie son demasiados extrañas para caber en cualquier otra clasificación. Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Las explicaciones ofrecidas para esclarecer la aparición de estas extrañas criaturas fueron cambiando con el paso del tiempo: a veces se las consideraba una prueba del enojo divino y en otras ocasiones eran simplemente una deformidad de la naturaleza.

Año: 1672.
Científico/artista: Georg Wedel.
Publicado originalmente en: Ephemerides.
Publicación actual: The Feejee Mermaid de Jan Bondeson.

Aunque el basilisco tenía fama de matar simplemente con la mirada, a veces se lo describía con un aspecto similar a una serpiente pequeña, pero más a menudo como una criatura con dos patas y alas. Naturalmente, su generación se debía a circunstancias poco comunes: un basilisco nacía de un huevo puesto por un gallo viejo y empollado por un sapo; además, todo esto debía llevarse a cabo en un estercolero. Si bien el basilisco es una criatura mítica, algunas de las nociones que llevaron a su imagen no son totalmente obra de la fantasía. Algunas gallinas viejas son todavía capaces de poner huevos y pueden adquirir, de vez en cuando, un aspecto exterior similar al de los gallos. Y los gusanos parásitos que lograban introducirse en los huevos podrían haber causado la desagradable "aparición" de una cría de basilisco en el desayuno.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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